¿Qué no harías por conservar el amor de tu vida? Esa es la pregunta que nos plantea esta producción canadiense, saber dónde se hallan los límites de la devoción y si el coste, el sufrimiento propio o el del ser amado, merece la pena con tal de mantener a tu lado a la media naranja. Si los avances de la ciencia nos permitieran, o nos dieran la posibilidad, de rehacer lo dañado sea por enfermedad o accidente, ¿lo daríamos todo por conseguirlo? El desarrollo de la narración nos deja más interrogantes que respuestas, y más aún si el modo en que lo cuentan es un pelín, siendo generoso, confuso. A pesar de todo, las cuestiones vitales/filosóficas quedan ahí para que sea el espectador el que madure lo que ha visto y llegue a sus propias conclusiones, con eso basta para que la cinta cobre sentido y podamos sacar provecho de las casi dos horas de proyección, de otra forma sería una pérdida de tiempo.
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