Las intrigas vaticanas no han sido muy abundantes en el cine, tampoco en TV, y eso que podrían dar mucho de sí en manos de cualquier guionista avispado. Recordemos algunas: The young Pope (2017) y The new Pope (2020) en la pequeña pantalla, en la grande "Las sandalias del pescador" (1968), las tres vistosas e inofensivas películas con Tom Hanks adaptando las novelas de Dan Brown (El código da Vinci, Ángeles y Demonios e Inferno) y algunas pocas más que no nos vienen a la memoria.
Ahora el turno es para "Cónclave", adaptación de la novela homónima de Robert Harris, dirigida por el teutón Edward Berger -"Sin novedad en el frente" (2022)-; el Papa ha muerto y se reúnen en cónclave los cardenales de todo el mundo para elegir al nuevo Sumo Pontífice, las ansias de poder no tardan en aparecer entre los muros del Vaticano y los gerifaltes eclesiásticos se lanzan unos contra otros errores del pasado y secretos inconfesables.
Tanta tirantez es tratada con sobriedad por Berger, las puñaladas traperas se suceden unas tras otras entre diálogos repletos de tratamientos protocolarios que no enmascaran las tensiones. En ese aspecto el trabajo de los tres principales protagonistas, interpretados por Ralph Fiennes, John Lithgow y Stanley Tucci, es superlativo, son lo mejor de una función que transita impecablemente hacia un final explosivo buscando una cuota propia de polémica que no parece se vaya a dar. Es previsible ese epílogo sorprendente, el fondo del asunto está claro que lo es, pero se antoja forzado por el mencionado intento de crear controversia. Objeciones aparte, merece el pago de la entrada.
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