Parece que esta serie no tiene techo, y tras una impactante primera temporada y una segunda que la mejoraba aún más, esta tercera consigue plantearnos nuevas situaciones y retos para su incansable protagonista, quien de nuevo nos sorprende reinventándose para sobrevivir y enfrentarse a un distópico mundo cada vez más aterrador, pero que por fin parece tener una tenue luz al final del túnel. Esto se debe a que los remordimientos hacen su aparición y que su protagonista está menos sola de lo que ella creía, para mostrarnos de este modo una visión más global de ambos bandos.
Formalmente, los trece capítulos gozan del mismo alto nivel de calidad al que nos tienen ya acostumbrados, con un soberbio, sobrio aunque efectivo diseño de producción, y unas interpretaciones que se superan año tras año, destacando sobremanera una Elisabeth Moss cada vez más cómoda y desatada con su arrollador personaje. Ahora esperemos que el éxito no se les suba a la cabeza y no alarguen innecesariamente una historia, que si permiten que madure como han hecho hasta ahora, dará un fruto que perdurará durante muchísimo tiempo.
Formalmente, los trece capítulos gozan del mismo alto nivel de calidad al que nos tienen ya acostumbrados, con un soberbio, sobrio aunque efectivo diseño de producción, y unas interpretaciones que se superan año tras año, destacando sobremanera una Elisabeth Moss cada vez más cómoda y desatada con su arrollador personaje. Ahora esperemos que el éxito no se les suba a la cabeza y no alarguen innecesariamente una historia, que si permiten que madure como han hecho hasta ahora, dará un fruto que perdurará durante muchísimo tiempo.
Mi puntuación: 8/10
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