viernes, 13 de septiembre de 2019

Pinocho

El segundo largometraje de animación realizado por Walt Disney es uno de los más alabados, conocidos y a la vez polémicos clásicos de la compañía, y uno de los que menos me gusta junto a Dumbo, debido a su inquietante historia llena de crueldad que puede traumatizar a los más pequeños. Para empezar, su mensaje para conseguir que los niños se porten bien a través del miedo es fulminante: si no haces lo que te dicen te secuestrará un titiritero psicópata o acabarás en la isla de los vicios para convertirte en burro. Mención aparte merece este tramo de la película donde podemos ver a niños fumando y borrachos, que al final pagan las consecuencias sí, pero por el camino hay mucha diversión y jolgorio lo cual puede confundirte o darte ideas si todavía tienes una mente infantil.

Por otro lado hay varios sinsentidos en el guión. Se supone que Pepito Grillo debe guiar al recién nacido muñeco de madera, pero cada dos por tres se despista u olvida de él, aportando casi nada a la evolución y educación de su apadrinado. Por no hablar de un padre sexagenario que envía solo a su hijo el primer día de colegio, y cuando decide buscarlo le da por hacerlo mar adentro. Estas incongruencias, y algunas imágenes impactantes, hicieron que en mi infancia le cogiera manía a esta película, que aún así merece ser reconocida por su arriesga propuesta y por el trabajo técnico que tiene detrás.

Mi puntuación: 4/10


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