Más vale tarde que nunca, y tras catorce películas con superhéroes masculinos al frente, por fin Marvel le da el protagonismo a una mujer, y lo hace con la eficaz y poco original fórmula habitual de "enemigo o artefacto poderoso que hay que detener". Nada nuevo pero que funciona en lo más importante, entretener de principio a fin con vistosos efectos especiales en una trama donde el espectador y la propia protagonista van de la mano descubriendo simultáneamente el origen del personaje mientras se enlaza Vengadores: Infinity War con Endgame junto a multitud de referencias al UCM. Y que no os engañen, introducir una poderosa superheroína interpretada con fuerza y arrojo por una fabulosa actriz no es reivindicar nada, es mostrar las cosas tal y como son en la vida real.
Mi puntuación: 6/10
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