Cine negro español con Alfredo Landa al frente reconvertido en un Humphrey Bogart castizo, que está a la altura de las exigencias de un papel de tipo muy duro, aunque con buen fondo. La historia es la habitual de este género, un detective debe encontrar un chica, con las correspondientes consecuencias que ello conlleva. Lo mejor de todo es que está contada de un modo sobrio y serio, con un toque trágico típico de su director, aunque con la chispa e ironía que este tipo de cine requiere, sin nada que envidiar a los grandes clásicos americanos, e incluso con más coherencia argumental que alguno de ellos. Le acompañan en esta investigación diferentes personajes, a cada cual más misterioso e intrigante, todos ellos magistralmente interpretados, en una película española impecable e imprescindible.
Mi puntuación: 8/10
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