Una película de terror debería ser divertida y fácil de entender, y estos dos postulados los cumple con creces esta producción norteamericana que apela al espíritu de los años ochenta, y se ambienta en la misma época, para ofrecernos un entretenimiento raudo, funcional y realizado de forma aceptable. Las dos tramas que centran la historia, una investigación y un "home invasion", se desarrollan de forma paralela para que el ritmo no decaiga en ningún momento, y si bien el elenco apenas nos sonará, cumple en su función de llevarse sustos gratuitos y más o menos previsibles, preparando el terreno para futuras relevaciones hasta alcanzar un tramo final efectista pero "entrañable". En conjunto, cine sin complicaciones y de duración ideal para ver y asustarse en compañía.
Mi puntuación: 6/10

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