Cuesta mucho encontrar una cinta original, sorprendente a la par que entretenida estos días, y hay que reconocer que el director, productor y guionista Jordan Peele consigue este complicado triplete en su segunda película tras llamar nuestra atención con Déjame salir. Para ello coge elementos de varios clásicos, que no nombraremos para evitar spoilers, mezclando con acierto diferentes géneros; empezando por el suspense, para seguir con el thriller, la acción, por supuesto el terror que está presente en todo momento, y un trasfondo de drama social con feroz crítica política actual envuelto en un manto desenfadado de humor negro y cierta coherencia en el comportamiento de sus personajes.
Es decir, un guión inteligente en su conjunto que defraudará a quienes busquen respuestas explícitas para todo, aunque las hay en su justa medida para que no andemos a ciegas, pero que realmente son lo de menos, ya que todo es un medio con el fin de transmitir una idea que da en el clavo. Y sin olvidarnos de Lupita Nyong'o, quien arrasa en pantalla eclipsando a sus compañeros de reparto. Aún así, hay que reconocer que no todo son bondades, ya que hay varios detalles, alguno importante, que empañan un resultado final que podría haber sido más notable si cabe, lo que no impide que estemos ante un largometraje, que para bien o para mal, es garantía de no indiferencia.
Mi puntuación: 7/10
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