De nuevo nos encontramos con una producción en la que un niño se hace amigo de un ente o personaje un tanto especial dejándonos por el camino varias lecciones vitales. La diferencia en este caso es que lo hace al estilo de un musical de toda la vida, rebosando simpatía y con un inspirado/r reparto que lo da todo, destacando a un estrafalario Bardem y a un cocodrilo con el que es imposible no encariñarse. La trama es el abc de los guiones en este tipo de películas, pero no puede ser de otro modo, y además es lo suficientemente blanco, entretenido y a la vez maduro, para que el público de todas las edades pueda verlo, y de paso, aprender alguna cosa que quizás ya sepamos, pero que vale la pena recordar a veces.
Mi puntuación: 7/10
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