El
principal reclamo de esta película de terror son sin duda los actores
televisivos que aparecen, ya que permite disfrutar de ellos fuera de su contexto habitual. A parte de eso tenemos una dirección correcta y un argumento que no
tiene nada de especial convirtiéndose, como es habitual en el género, en una
mera excusa para empezar a matar gente a diestro y siniestro. Hay que reconocer
que la localización de los acontecimientos es original y todo está hecho con
cierto estilo a pesar de que muchas situaciones resulten demasiado
inverosímiles.
Mi puntuación: 4/10