Con un planteamiento sencillo y directo, un desarrollo coherente e intrigante y un desenlace no tan redondo pero bien culminado, el director Alfred Hitchcock nos brinda otra magistral película donde el suspense está presente en todo momento absorbiendo totalmente a un espectador que se plantea los mismos dilemas morales que sus protagonistas. Y no solo eso, la formidable banda sonora pone la puntilla necesaria para erizarnos aún más la piel en las escenas clave y las actuaciones rayan a un nivel astronómico, con un devoto e imperturbable Montgomery Clift en un papel digno del Olimpo del séptimo arte.
Mi puntuación: 9/10
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