El realizador David O. Russell vuelve a tirar por tercera vez de su musa Jennifer Lawrence para relatarnos de forma confusa una historia ciertamente insustancial, que de haber sido más fiel a la realidad resultaría más interesante. Y es que el personaje femenino que da título a la película no consigue ganarse el afecto del público en ningún momento, y lo que es peor, su vida, y la de quienes la rodean, no despierta el interés suficiente para mantener nuestra atención, llegando a aburrir en demasiados tramos. Además, como es habitual en este director, nos encontramos con varios errores de montaje que se agravan en un precipitado desenlace que cierra uno de los largometrajes más flojos de su filmografía.
Mi puntuación: 4/10
Artículo "Cenicientas modernas que no necesitan ningún príncipe" en Paramount Channel.