Breve, intensa y ocurrente, esos son los ingredientes fundamentales que debe tener una comedia para que funcione y resulte divertida, y los tres están presentes en esta adaptación de la obra teatral homónima. Cabe decir que el guion roza el absurdo en varias ocasiones pero sin caer en la inverosimilitud, jugando a la perfección con la estupidez de todo tipo de humanos, ya sean idiotas o no, y aprovechando admirablemente el único espacio donde todo se desarrolla y por donde desfilan una amplia variedad de variopintos personajes que provocan continuamente nuevas situaciones cómicas. Lo importante es que te hace pasar un buen rato y además te pone sobre aviso si algún día unos presuntos amigos te quieren invitar a cenar.
Mi puntuación: 7/10