Según su creadora y protagonista no habrá tercera temporada, a menos a corto plazo, de esta comedia que va in crescendo durante los doce episodios que componen la suma de sus dos primeras, y por lo visto únicas entregas. Y decimos que va de menos a más ya que en los primeros capítulos da la impresión de que asistimos a un cúmulo de insensateces de un inestable personaje con el que cuesta empatizar, en cuyo camino se cruzan diferentes secundarios de los que poco sabemos, todo ello con el sexo como eje central de sus variopintas historias.
Por suerte, ya en el cierre de la primera temporada, vemos por donde iban e irán los tiros, y es en la segunda cuando las piezas empiezan a encajar en un hilo narrativo bien definido y ejecutado que no se dedica a provocar risas simplemente a base de perturbarnos, lo cual también hace de vez en cuando, sino mediante tramas y situaciones más cotidianas donde el amor, que no el sexo, y la familia, copan el protagonismo, consiguiendo que su antiheroína llegue incluso a caernos bien, y dejándonos con varias incógnitas argumentales que quizás nos sean reveladas en diez o veinte años, o incluso nunca.
Mi puntuación: 7/10