Puede que estemos ante una película antibélica, patriótica o todo lo contrario, ya que Clint Eastwood no se compromete en ningún aspecto, y tras el repentino final deja en manos del espectador juzgar lo que acaba de ver. Lo que queda claro es que Bradley Cooper, sin estar brillante, hace la mejor interpretación de su carrera dando el primer paso para que se lo tomen más en serio en el futuro. Destacan además unas realistas escenas de combate espléndidamente realizadas que dejan en segundo plano el drama interior de unos interesantes personajes a los que no se les saca todo el juego posible.
Mi puntuación: 6/10