Una muestra irónica (o puede que realista) del poder del dinero cuyo planteamiento tiene una cierta lógica que se va perdiendo conforme el drama le gana terreno a la comedia negra. Los personajes principales parecen estar todos desequilibrados de un modo u otro, lo que le quita credibilidad al mensaje que pretende transmitir la película, con unos actores que tampoco suben mucho la calidad del conjunto. Al menos durante los escasos ochenta minutos que dura no se hace pesada, aunque sólo sea para comprobar hasta dónde serán capaces de llegar por un buen fajo de billetes.
Mi puntuación: 4/10