Podríamos decir que esta película nos presenta una guerra fría en varios aspectos. En primer lugar por el evidente contexto político en el que se desarrolla su apasionada historia de amor, ejecutada además con una parca puesta en escena y mucha sobriedad en las actuaciones. Pero sobre todo por la intermitente e incesante lucha que mantiene su pareja protagonista durante años, moviéndose entre la épica y el sinsentido, todo ello en apenas ochenta minutos, tiempo suficiente para conmover y estremecer por partes iguales, aunque sin profundizar demasiado en las motivaciones de sus personajes. Este cúmulo de factores, donde helor y belleza se dan de la mano, también puede jugar en su contra y provocar indiferencia en cierto tipo de espectadores, algo que afortunadamente no nos ha pasado.
Mi puntuación: 7/10