El dueño de la víscera metálica no era otro que Reinhard Heydrich, SS-Obergruppenführer y Reichsprotektor de Chequia al inicio de la ocupación nazi de dicho país. Un militar implacable y despiadado en el ejercicio del poder y que murió tras un atentado cometido por un comando en Praga; fue el único miembro destacado del régimen eliminado durante la Segunda Guerra Mundial. Existe una versión cinematográfica algo anterior sobre estos hechos, Operación Anthropoid, de la que ya hablamos en nuestro blog. La película se divide en dos partes bien diferenciadas: la primera narra el ascenso de Heydrich (Jason Clarke) en el partido nazi y la relación con su esposa (Rosamund Pike), la segunda reconstruye la acción de los comandos que lograron eliminar al dirigente nacionalsocialista.
Ambos segmentos, pese a resumir someramente una cantidad ingente de sucesos históricos dan una visión aceptable e interesante de lo que fueron aquellos tiempos de muerte y exterminio, de represión feroz y resistencia suicida en una más que funcional reconstrucción de escenarios y personajes, aunque se note que no es una producción de alto presupuesto. Es evidentemente maniquea en su totalidad, no podía ser de otra manera, y no se recrea en exceso en dramas personales o en exacerbar el tremendismo, cosa que es de agradecer ya que sería el camino más facilón, pero ayuda a la hora de acercarse a lo que fue la realidad de aquella Europa sacudida hasta los cimientos por el mayor conflicto bélico de la Historia y que la Providencia nos ampare para no repetir y empeorar, si es posible.