A lo largo de solamente ocho capítulos de tres cuartos de hora cada uno iremos conociendo a un grupo de jóvenes con problemas relacionados con su sexualidad, algunos un tanto rebuscados, pero aún así creíbles, y que sirven para que nos vayamos encariñando con ellos a medida que evolucionan y se adaptan a una etapa complicada de sus vidas, para unos más que para otros. Para ello no se cortan a la hora de mostrar sexo y hablar sobre él sin tapujos, con situaciones divertidas, pero siempre intentando estar dentro de los límites del buen gusto.
Como suele pasar, el elenco supera con creces la edad de instituto que se supone que tienen en una ficción donde recurren a los habituales tríos románticos y amores platónicos, pero adaptados a la realidad actual, abarcando un amplio espectro de orientaciones sexuales e identidades de género, ideales para provocar escenas que nos sonrojaran. Una serie atrevida y ligera sobre temas tan cotidianos como tabús, con los que nos sentiremos identificados aunque finjamos lo contrario.
Mi puntuación: 6/10