Chuck Lorre, prolífico creador de series de éxito como "Dos hombres y medio", The Big Bang Theory y Mom, deja de lado las sitcoms para traernos una nueva comedia más ácida y ruda, pero aún así igual de divertida, o incluso más, que sus anteriores obras. En esta ocasión seguiremos los pasos de un actor venido a menos interpretado por Michael Douglas en estado de gracia, en el amplio sentido de la palabra, mientras nos adentramos en la relación que mantiene con su agente y mejor amigo personificado en la mejor versión de un pletórico y cascarrabias Alan Arkin,
De este modo, y acompañados por varios secundarios que aportan un punto extra de chispa, la serie no se complica demasiado la vida, y básicamente se centra en mostrarnos conversaciones cargadas de ironía y mala leche entre sus dos protagonistas masculinos, tirando del humor negro constantemente, y sobre todo haciendo autoparodia y chistes alrededor de la vejez y los problemas diarios que esta conlleva. En resumen, una comedia muy recomendable de apenas ocho capítulos de menos de media hora cada uno que destaca por la complicidad de unos personajes con los que es fácil empatizar.
Mi puntuación: 8/10