En la ficción del universo Toy Story, el niño conocido como Andy quería un muñeco de Buzz Lightyear porque había visto una película protagonizada por este guardián espacial, y veintisiete años después el resto de seres humanos de carne y hueso podemos verla. Por desgracia las expectativas son malas y el listón de Pixar demasiado alto, por lo que si técnicamente estamos ante otra producción impoluta, narrativamente es lo más genérico que te puedes echar a la cara. Una cinta de acción con situaciones vistas infinitas veces en pantalla donde los giros no son tan sorprendentes como pretenden, y el mensaje está muy trillado. Además, la complejidad de una trama que se lía con conceptos espacio temporales no ayuda a que los niños puedan seguir el hilo de los hechos ni es lo suficientemente elaborada para llamar la atención de los adultos.
Mi puntuación: 4/10