Jim Carrey resurge de las cenizas gracias a la televisión con esta serie que explota a las mil maravillas su faceta cómica sobreactuada a la par que explora su lado más oscuro. No nos debe engañar una colorida e infantil puesta en escena, su chistoso actor protagonista o que venga en formato de comedia, en realidad estamos ante un despiadado drama que ironiza sobre las penas de la vida cotidiana profundizando en las tragedias de sus personajes y en el peculiar modo que tiene cada uno de ellos de afrontarlas.
Momentos realmente crueles con otros empalagosos se entremezclan a lo largo de los diez capítulos de menos de media hora que componen esta serie que solo por las excelentes interpretaciones de su (des)equilibrado reparto ya valdría la pena, y que se completa con una narración que descoloca, da que pensar y que quizás pueda emocionar en algunas escenas, pero lo que es seguro es que perturbará a más de uno, y de dos.
Mi puntuación: 7/10