Hieronymus Bosch, más conocido por Harry, es un detective de homicidios en Los Angeles, distrito de Hollywood concretamente, y protagonista de la saga escrita por Michael Connelly en más de veinte novelas -y aumentando- desde 1992. Amazon incorporó al personaje en su catálogo a partir del 2014 en una serie de siete temporadas y 68 capítulos ya finalizada y con su correspondiente spin off, "Bosch Legacy", en emisión y de la que ya hablaremos en su momento. Bosch es un policía encallecido y circunspecto hasta decir basta, arrastra un trauma desde niño por el asesinato no resuelto de su madre prostituta y vivió tras esa pérdida en casas de acogida hasta alistarse en el ejército y posteriormente en la policía.
Posee un férreo código moral y una aversión a la autoridad más que patente, pero intenta cumplir las reglas todo lo que puede. El Hollywood en el que trabaja no es para nada el de las estrellas y el glamur si no el del tráfico de drogas, delincuencia de baja estofa, violencia en las calles y politiquería en los despachos, un entorno en el que él y sus compañeros de brigada se topan con obstáculos continuos a la hora de realizar su trabajo. Tanto las novelas como el serial priman la veracidad y el rigor policial sobre el cómodo amaneramiento amarillista o la acción simplona de gritos, tiros y tortazos, un complicado equilibrio entre el realismo y el espectáculo que los creadores y directores de la serie han sabido conjugar con acierto considerable.
Encarna al detective el actor Titus Welliver, un veterano en papeles secundarios que ha encontrado su destino profesional con este personaje en el que se ha embutido como si hubiera nacido para interpretarlo. Siempre hierático, siempre observando, pero con una furia interior enorme que Welliver sabe traspasar a la pantalla, no necesita gritar ni canalizar esa furia con estallidos de violencia, sus ojos, sus gestos y, por supuesto, sus actos dicen todo lo necesario; es definitivamente el papel de su vida y bien que lo ha aprovechado.
Pero no todo se limita a Bosch/Welliver, le rodean secundarios ricos en matices e historias individuales que completan y enriquecen las tramas en conflictos burocráticos, personales o políticos para ir más allá de una convencional serie de polis al uso, de hecho, se aleja en gran medida de esos seriales policíacos estándar con capítulos autoconclusivos en los que el malo siempre pierde; nos expone una realidad irrefutable: el criminal no siempre acaba pagando con la cárcel o la muerte, al contrario, con demasiada frecuencia sale indemne, ya sea por ingenio o por las argucias legales de sus abogados.
Nos hallamos, pues, ante una de las mejores series policíacas de los últimos años, supera los tópicos y los límites habituales del género, aunque no renuncie a ellos, los mecanismos de este son los que son, pero sabe elevarse por encima, tener personalidad única y hallar su propio camino, la habilidad de guionistas y directores unida a la buena base literaria facilitan esos notables resultados. Un destello valioso en el amplio espacio del streaming, ténganla en cuenta.
Puntuación @tomgut65: 8/10