Pocas ficciones hemos visto últimamente que nos hayan enganchado tanto como este thriller creado por el talentoso director y guionista Oriol Paulo, quien ya nos conquistó con sus últimos largometrajes Durante la tormenta y Contratiempo, y que ahora lleva aún más lejos su fórmula de giros y sorpresas en esta miniserie de ocho capítulos que nos somete a una montaña rusa de emociones. Todo empieza con una bola gigante de intriga que provoca un estimulante desconcierto en un espectador que necesita ver el siguiente episodio lo antes posible para conocer unos misterios que nos van desvelando con cuentagotas, aunque dejándose siempre algo para más adelante. Por suerte nada es gratuito, y aunque cueste encajar las piezas de un puzzle con varias licencias narrativas, al final no dejan nada en el tintero, sacando a la luz toda la verdad.
Una verdad que está condicionada por los diferentes puntos de vista y vivencias de sus protagonistas, importantísimos cada uno de ellos por muy secundarios que nos puedan parecer, y cuyas historias, cargadas de tragedias familiares y sórdida delincuencia, no cesan de sorprendernos hasta el último segundo de la serie. Esto no sería posible sin unas actuaciones capaces de plasmar los claroscuros y ambigüedades de los personajes, algo en lo que su reparto femenino destaca especialmente. En resumidas cuentas, una miniserie de impecable factura, que asombra con la misma facilidad que se devora.
Mi puntuación: 7/10
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