Uno de los primeros y más flojos trabajos de Stanley Kubrick, en el que parece estar probando y experimentando distintos estilos y formas de rodar que más adelante puliría y formarían parte de su modo de hacer cine. Con actores mediocres y una sencilla pero forzada historia, lo realmente fascinante es observar de primera mano como uno de los mejores directores que ha dado el séptimo arte juega con las luces y las sombras o los planos y contraplanos en una película irregular en cuanto a contenido pero que vale su peso en oro en forma, sobre todo para los aficionados al cine negro.
Mi puntuación: 6/10
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