El subgénero de miedo body horror suele brindarnos escenas donde lo repugnante prevalece sobre el terror, pero en este caso se sitúa en un titubeante punto medio en el que los sustos no abundan, y el descarnamiento de su protagonista es más digerible y menos asqueroso de lo esperado. Esto se compensa con una intrigante trama bastante elaborada que hasta goza de un trasfondo psicológico y antropológico bien desarrollado, aunque una vez resuelto el misterio principal, con una explicación excesivamente pormenorizada, el interés decae debido a un dilatado y típico desenlace. Aún así, la trabajada puesta en escena, un guión serio y las correctas actuaciones hacen pasadero su visionado.
Mi puntuación: 5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.