Las dos películas nos relatan prácticamente la misma historia con un desarrollo de acontecimientos muy similar e incluso escenas que han sido replicadas en la versión americana. Las principales diferencias radican sobre todo en la ambientación, ya que la primera está rodada de un modo más natural y realista mientras que el remake tiene un tono más oscuro, con secuencias añadidas o alargadas innecesariamente para resaltar su vertiente terrorífica. Aunque en ambas la investigación es una parte importante de la trama, la japonesa se centra en ese aspecto convirtiéndose en un insólito thriller sobrenatural mientras que la adaptación estadounidense se conforma con ofrecer un producto más convencional dentro del género de miedo.
Mi puntuación: 7/10 vs 5/10
Mi puntuación: 7/10 vs 5/10
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