Una de esas películas a medio camino entre el drama psicológico y la fantasía, en ambos aspectos una pretenciosa propuesta que no alcanza a definirse o decidirse por uno o por otro. Para nosotros se trata de un mero ensayo sobre la pérdida, el luto y la superación del dolor envuelto en un homenaje directo a "La invasión de los ladrones de cuerpos" (1956); una ensoñación, en definitiva, de la protagonista en su intento de asumir lo inaceptable por la desaparición de su hermano durante una misión en el espacio. No se le puede negar cierto poder de fascinación, pero a la postre se impone el vacío, da vueltas sobre sí misma sin llegar a una clara conclusión dejando en el espectador la responsabilidad de decidir qué prefiere sobre el epílogo: alucinación o realidad, final feliz o quizá no tanto.
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