De la vergüenza ajena al horror de ver caer a una persona en el mayor patetismo que uno pueda concebir. Por ese itinerario emocional nos hace pasar Enric Marco, un personaje real que pocos años atrás quedó en evidencia frente a la opinión pública al descubrirse sus mentiras continuadas durante casi toda su vida, mentiras sobre heroísmo en la lucha antifranquista y, ante todo, la sobrecogedora deportación a campos de concentración nazis que supuestamente había padecido. Una cadena de embustes cuya revelación y posteriores consecuencias relata la cinta en la que Eduard Fernández, espléndido en el papel del embaucador, logra que sintamos como en nuestra propia piel. ¿Qué pretendía Marco?, ¿notoriedad, dar sentido a su existencia?, da igual, lo que consiguió fue el peor de los ridículos. Película dura, remueve las entrañas al más pintado. No es género, pero terrorífica lo es, y mucho.
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