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sábado, 16 de noviembre de 2019

El monstruo de St. Pauli

Un asesino en serie alemán que existió realmente protagoniza esta película que recrea fidedignamente sus crímenes de un modo más desagradable que terrorífico. Y es que la suciedad está presente en todo momento y lugar, ya sea en un sórdido bar, en una casa mugrienta o en multitud de personas andrajosas, empezando por su protagonista, caracterizado de manera excepcional para caricaturizar un escalofriante personaje en cuya psique se profundiza menos de lo deseado. Más allá del asco que dan algunas situaciones sexuales, o las repugnantes personas implicadas, este largometraje no muestra nada tan extremo como para tener que apartar la mirada de la pantalla, y cuando lo hace en ocasiones puntuales, la cámara tampoco hurga en ello. Quizás ver tanto cine de terror nos ha insensibilizado, mala señal.

Mi puntuación: 5/10


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