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lunes, 2 de abril de 2018

No me pidas que te bese, porque te besaré

Un principio titubeante donde el argumento es bastante difuso sirve como avanzadilla para una película que poco a poco se va centrando para acercarnos a sus personajes hasta llegar a un punto en que sus sentimientos y vivencias acaban calando hondo, a sabiendas de que buscarán la emotividad y hurgarán en la lágrima fácil, de lo cual es difícil escapar en aunque queramos. De todos modos eso no evita que algunas actuaciones desentonen demasiado, aunque se compensan con otras meritorias e inesperadas que rayan a un gran nivel. Eso sí, el onanismo está presente en todo momento, así que preparaos para escuchar una larga lista de chistes sobre este autocomplaciente tema.

Mi puntuación: 5/10


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