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viernes, 26 de mayo de 2023

Cheers (Serie completa)

Para valorar esta icónica serie hay que hacerlo de dos formas. En primer lugar en términos de relevancia dentro de la historia de la televisión su importancia es fundamental, siendo una de las precursoras de las sitcoms que posteriormente saturaron la parrilla televisiva, y con unas mecánicas, desarrollo de personajes y estilo fílmico, que ha sido replicado con mayor o menor éxito, infinidad de veces. Por lo que si quieres tener una visión global de lo que son las comedias de toda la vida, es indispensable verla.

Por otro lado en términos de contenido lo cierto es que pese a tener de un innegable encanto flojea en varios aspectos a la hora de elaborar buenas tramas o chistes ingeniosos. Once temporadas con un total de doscientos setenta y cinco capítulos es una mochila demasiado grande para que seis personajes poco desarrollados soporten el peso. Y eso que dos de los que empezaron, ya sea por abandono o defunción, no acabaron la serie, y Frasier se unió al reparto regular con la ficción ya empezada, eso sí, superando en protagonismo y complejidad argumental a la mayoría de sus compañeros.

Los chistes en su mayoría están cogidos por los pelos, y al contrario de lo que debería ser habitual, reírse es la excepción a la regla, salvo en capítulos de enredos y confusiones, los mejores sin dudas, pero también los más escasos. Analizando cada personaje individualmente, tenemos a Sam como dueño del local, cuya personalidad va cambiando según les interesa, siendo sus ligues el hilo conductor durante muchas temporadas para después caer en el olvido y perder importancia, aunque parecido es el caso de sus contrapartidas femeninas, Diana y Rebeca, la primera perdiendo su carácter feminista con el paso de los años y la segunda su ímpetu profesional con multitud de episodios en los que se convierte en una extra con apenas diálogo.

Algo parecido pasa con la camarera malhumorada Carla, muy bien aprovechada en las primeras entregas para después desaparecer, no solamente a nivel personal, si no dentro de los gags. Entrenador y Woody, la misma cara de dos monedas diferentes, sí que dan mucho juego en todo momento y sin duda son los mejores de la serie y los más entrañables. Quienes siempre están ahí, físicamente en sus taburetes y argumentalmente, son Norm y Cliff, ellos son el motor de "Cheers" y aunque sus personajes no evolucionan un ápice, siempre tienen algo que decir o hacer, por muy absurdo que sea, para sonsacarnos una sonrisa, o en el peor de los casos, dejarnos boquiabiertos con comentarios ofensivos que hoy en día no pasarían el corte de la censura de lo políticamente correcto.

En conclusión, aunque tenga sus peros y el paso de los años le haya hecho mella, es una serie que hay que ver sí o sí para entender y conocer el germen que originó obras maestras de la televisión como "Friends", o en mayor medida "Frasier". Y siendo sinceros, para ver el noventa y nueve por ciento de la basura genérica hecha para rellenar plataformas vacías de contenido original, mejor darse una vuelta por Boston, entrar en Cheers, tomarse una cerveza y lo más importante, decir "Nooooorm" en cuanto le veas entrar por la puerta.

Mi puntuación: 6/10



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