Realmente se hace difícil justificar el punto conseguido que le hemos adjudicado a esta película. Quizás sea por un par de frases ocurrentes para ligar que se dicen en alguna escena o por justificar la pérdida de tiempo que ha supuesto verla. Sea como sea es triste ver la decadencia a la que han llegado los hermanos Farrelly, que desde que rodaron la divertidísima Dos tontos muy tontos, han ido bajando de nivel estrepitosamente hasta conseguir un largometraje de humor que se sitúa en una zona de nadie donde irónicamente la irreverencia debe ser políticamente correcta, dando como resultado una de las peores comedias del siglo veintiuno, o incluso de la todos los tiempos.
Mi puntuación: 1/10
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