Sentimientos contradictorios provoca este largometraje cuyo intrigante inicio y feroz desenlace quedan ensombrecidos por una premisa absurda cogida con pinzas digna de una producción de serie B, eso sí, ideal como carnaza festivalera. A pesar de ser un thriller psicológico con un toque de slasher, tiene su dosis de humor negro y bastante mala leche racial, y aunque le sobran los flashbacks y visualmente resulta demasiado luminosa, su ajustada duración, una mínima lógica en el comportamiento de su protagonista y el halo misterio que rodea la trama en todo momento, la hacen sumamente entretenida provocando más suspense que miedo.
Mi puntuación: 6/10