El mundo ha sufrido un apocalipsis zombi, pero esta vez con ciertas peculiaridades que lo distinguen del de otras películas de este género, que podrían haber dado mucho más juego de lo que finalmente acabamos viendo en pantalla. Y es que toda la trama se reduce en ir del punto A al B, y es en esos puntos donde tienen lugar los acontecimientos más interesantes y relevantes, encontrándonos por el camino con el relleno previsible y típico de esta clase de cine donde los personajes deambulan dejando caer esporádicamente alguna conversación importante. Aún así resulta satisfactorio poder disfrutar de un reparto de envergadura en un largometraje de muertos vivientes.
Mi puntuación: 5/10
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