Estamos ante un thriller erótico de terror cuyo argumento se centra en mostrarnos los crímenes de un asesino en serie que imita la voz de un pato, hecho absurdo que aunque parezca mentira tiene su explicación al final de la película. Pero su trama es lo de menos, ya que sólo es una excusa para mostrarnos escenas sexuales sin razón alguna, violencia explícita que roza el gore o conversaciones y situaciones que uno no sabe para que sirven pero que como mínimo te garantizan un buen número de risas. Sólo faltaría saber si este esperpento está rodado así a propósito para reírse de él o pretendían hacer algo medianamente serio y se les fue de las manos.
Mi puntuación: 4/10
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