Posiblemente
el mejor trabajo de Alfred Hitchcock y una de las tantas obras maestras que nos
brindó a lo largo de su magnífica carrera cinematográfica. Con un estilo adelantado
a su época, tiene escenas, planos y diálogos rebosantes de fuerza, tanto a
nivel narrativo como visual, que cambiaron el modo de ver y hacer cine. Además
cuenta con una de las parejas protagonistas más emblemáticas y carismáticas que
se han podido ver en la gran pantalla brindándonos infinidad de momentos que
ponen la piel de gallina. Sólo la extraña ejecución de su final enturbia mínimamente
una película casi perfecta.
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