Es un roadmovie clásico, en el que los personajes se buscan a sí mismos en un viaje, aunque durante la mayor parte del trayecto no hay carreteras como tales. La historia es básica y no excesivamente original, y el guion es mejorable, pero el reparto, bien elegido, consigue que la obra resulte divertida y en ocasiones hasta entrañable. Jean Reno está encantador, con un inesperado toque de elegancia que le cuadra sorprendentemente bien, en un refrescante contraste con un Hovik Keuchkerian, con un físico perfecto para un personaje todo bonhomía e impulsividad. Entre los secundarios, Arturo Valls tiene un papel corto, pero muy lucido, y comunica mucha energía y buen rollo. Con esta película se pasa un buen rato, que es al fin lo importante en una comedia.
Puntuación @cineEnCines: 6/10
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