Practicar turismo extremo o saltarse las reglas buscando el morbo del riesgo, sea por el motivo que sea, lo cierto es que, año tras año, aumentan las visitas, legales e ilegales, de los curiosos a la zona de exclusión de Chernobyl, la central nuclear que explosionó en Ucrania en 1986. Son los Stalkers, protagonistas del documental en el que ellos mismos cuentan sus impresiones y experiencias. Desconcertante, pero, asimismo, apasionante es lo revelado, y no se analizan el fondo de las motivaciones, lo que si constata es que el apocalipsis tiene su público. Tampoco se requieren virguerías técnicas o narrativas, ni refocilarse en el amarillismo, basta una cámara al hombro y dejar que las imágenes se impongan. La locura humana no tiene límites, "hay gente pa tó", decía un torero.
Puntuanción @tomgut65: 7/10