Aunque parezca mentira, dada la avanzada edad de los dos protagonistas, esta segunda temporada demuestra que todavía les queda cuerda para vivir unas cuantas emociones nuevas, ya sean románticas o profesionales, buenas o malas, o la más complicada de todas, soportarse mutuamente. Y si a este dúo le sumamos a Paul Reiser haciendo de otro simpático cascarrabias, la combinación resulta explosiva, ya sea a la hora de lanzarse puyas entre ellos o de aumentar exponencialmente la retahíla de retos y "peligros" diarios que deben afrontar las personas de la tercera edad.
Como ocurría en la anterior temporada, el mérito del gran empaque que consigue esta serie debe atribuirse a la contrapuesta y longeva química existente entre Douglas y Arkin, la cual no nos ha dejado tan buen cuerpo ni tantas risas como su antecesora debido al incremento puntual de dramatismo de ciertas situaciones. Aún así, su inteligente guión lleno de perspicaces diálogos ejecutados con maestría por un selecto reparto hacen de esta comedia una de las mejores que podemos ver en la actualidad.
Como ocurría en la anterior temporada, el mérito del gran empaque que consigue esta serie debe atribuirse a la contrapuesta y longeva química existente entre Douglas y Arkin, la cual no nos ha dejado tan buen cuerpo ni tantas risas como su antecesora debido al incremento puntual de dramatismo de ciertas situaciones. Aún así, su inteligente guión lleno de perspicaces diálogos ejecutados con maestría por un selecto reparto hacen de esta comedia una de las mejores que podemos ver en la actualidad.
Mi puntuación: 7/10